Translate

PARA EXCLUÍDOS

José Antonio Pagola
30 de marzo de 2014 -  4 Domingo de Cuaresma (A)
Juan 9,1- 41
 
Es ciego de nacimiento. Ni él ni sus padres tienen culpa alguna, pero su destino quedará marcado para siempre. La gente lo mira como un pecador castigado por Dios. Los discípulos de Jesús le preguntan si el pecado es del ciego o de sus padres. Jesús lo mira de manera diferente. Desde que lo ha visto, solo piensa en rescatarlo de aquella vida desgraciada de mendigo, despreciado por todos como pecador. Él se siente llamado por Dios a defender, acoger y curar precisamente a los que viven excluidos y humillados.
Después de una curación trabajosa en la que también él ha tenido que colaborar con Jesús, el ciego descubre por vez primera la luz. El encuentro con Jesús ha cambiado su vida. Por fin podrá disfrutar de una vida digna, sin temor a avergonzarse ante nadie.
 
Se equivoca. Los dirigentes religiosos se sienten obligados a controlar la pureza de la religión. Ellos saben quién no es pecador y quién está en pecado. Ellos decidirán si puede ser aceptado en la comunidad religiosa.
 
El mendigo curado confiesa abiertamente que ha sido Jesús quien se le ha acercado y lo ha curado, pero los fariseos lo rechazan irritados: “Nosotros sabemos que ese hombre es un pecador”. El hombre insiste en defender a Jesús: es un profeta, viene de Dios. Los fariseos no lo pueden aguantar: “Empecatado naciste de pies a cabeza y, ¿tú nos vas a dar lecciones a nosotros?”.
 
El evangelista dice que, “cuando Jesús oyó que lo habían expulsado, fue a encontrarse con él”. El diálogo es breve. Cuando Jesús le pregunta si cree en el Mesías, el expulsado dice: “Y, ¿quién es, Señor, para que crea en él?”. Jesús le responde conmovido: No esta lejos de ti. “Lo estás viendo; el que te está hablando, ese es”. El mendigo le dice: “Creo, Señor”.
 
Así es Jesús. Él viene siempre al encuentro de aquellos que no son acogidos oficialmente por la religión. No abandona a quienes lo buscan y lo aman aunque sean excluidos de las comunidades e instituciones religiosas. Los que no tienen sitio en nuestras iglesias tienen un lugar privilegiado en su corazón.
 
¿Quien llevará hoy este mensaje de Jesús hasta esos colectivos que, en cualquier momento, escuchan condenas públicas injustas de dirigentes religiosos ciegos; que se acercan a las celebraciones cristianas con temor a ser reconocidos; que no pueden comulgar con paz en nuestras eucaristías; que se ven obligados a vivir su fe en Jesús en el silencio de su corazón, casi de manera secreta y clandestina? Amigos y amigas desconocidos, no lo olvidéis: cuando los cristianos os rechazamos, Jesús os está acogiendo.
 

   PAPA - FRANCISCO: FIELES, AYUDAD A VUESTROS PASTORES A NO SER MEDIOCRES
Ciudad del Vaticano, 26 marzo 2014 (VIS).- “Los sacramentos del Orden y del Matrimonio, dos vocaciones específicas y un mismo camino para dirigirse al Señor”, ha sido el tema de la catequesis del Santo Padre de este miércoles en la Plaza de San Pedro ante los fieles reunidos bajo un cielo lluvioso. “Los ministros que son elegidos y consagrados para este servicio -ha dicho refiriéndose al primer sacramento- prolongan en el tiempo la presencia de Jesús si lo hacen con el poder del Espíritu Santo en el nombre de Dios y con amor”.
“Aquellos que son ordenados se colocan a la cabeza de la comunidad -ha continuado-. Están “a la cabeza” sí, pero para Jesús esto significa poner la propia autoridad al servicio de los otros... “El que quiera hacerse grande entre vosotros, será vuestro servidor, y el que quiera ser el primero entre vosotros, será vuestro esclavo”... Un obispo que no está al servicio de la comunidad no actúa bien; un cura o un sacerdote que no está al servicio de la comunidad, se equivoca”.
Francisco ha destacado “el amor apasionado por la Iglesia” como una característica que deriva siempre de esta unión sacramental con Cristo. “El obispo, el sacerdote, aman a la Iglesia en su propia comunidad; la aman mucho, como Cristo ama a la Iglesia... El marido ama a su mujer, como Cristo ama a su Iglesia. El ministerio sacerdotal y el del matrimonio son dos sacramentos que representan el camino por el que las personas se dirigen habitualmente al Señor”.
Por último, el Papa ha citado las palabras de San Pablo a Timoteo cuando le recomienda “no descuidar, es más, reavivar siempre el don que hay en él”. “Cuando no se alimenta el ministerio con la oración, con la escucha de la Palabra de Dios, con la celebración cotidiana de la Eucaristía o incluso frecuentando el sacramento de la Penitencia, se termina por olvidar, inevitablemente, el verdadero sentido del propio servicio y la alegría que nace de la profunda comunión con Jesús... El sacerdote que no hace estas cosas, a la larga pierde la unión con Jesús y adquiere una mediocridad que no es buena para la Iglesia. Por esto tenemos que ayudar a los obispos y sacerdotes a orar, a escuchar la Palabra de Dios que es el alimento diario, a celebrar la Eucaristía todos los días y a confesarse con regularidad”.
“No se venden accesorios para convertirse en sacerdote -ha mencionado antes de finalizar-. Esta es una iniciativa que toma el Señor, que es quien llama”. Con estas palabras ha animado a los jóvenes que sienten esta llamada a cuidar esta invitación y a rezar “para que crezca y dé frutos en toda la Iglesia”.


A GUSTO CON DIOS

José Antonio Pagola
23 de marzo de 2014 -  3 Domingo Cuaresma (A)
Juan 4, 5-42
 
La escena es cautivadora. Cansado del camino, Jesús se sienta junto al manantial de Jacob. Pronto llega una mujer a sacar agua. Pertenece a un pueblo semipagano, despreciado por los judíos. Con toda espontaneidad, Jesús inicia el diálogo. No sabe mirar a nadie con desprecio, sino con ternura grande. “Mujer, dame de beber”.
 
La mujer queda sorprendida. ¿Cómo se atreve a entrar en contacto con una samaritana? ¿cómo se rebaja a hablar con una mujer desconocida?. Las palabras de Jesús la sorprenderán todavía más: “Si conocieras el don de Dios y quién es el que te pide de beber, le pedirías tú, y él te daría del agua de la vida”.
 
Son muchas las personas que, a lo largo de estos años, se han ido alejando de Dios, sin apenas advertir lo que realmente estaba ocurriendo en su interior. Hoy Dios les resulta un “ser extraño”. Todo lo que está relacionado con él, les parece vacío y sin sentido: un mundo infantil, cada vez más lejano.
 
Los entiendo. Sé lo que pueden sentir. También yo me he ido alejando poco a poco de aquel “Dios de mi infancia” que despertaba dentro de mí tantos miedos desazón y malestar. Probablemente, sin Jesús nunca me hubiera encontrado con un Dios que hoy es para mí un Misterio de bondad: una presencia amistosa y acogedora en quien puedo confiar siempre.
 
Nunca me ha atraído la tarea de verificar mi fe con pruebas científicas: creo que es un error tratar el misterio de Dios como si fuera un objeto de laboratorio. Tampoco los dogmas religiosos me han ayudado a encontrarme con Dios. Sencillamente me he dejado conducir por una confianza en Jesús que ha ido creciendo con los años.
 
No sabría decir exactamente cómo se sostiene hoy mi fe en medio de una crisis religiosa que me sacude también a mí como a todos. Solo diría que Jesús me ha traído a vivir la fe en Dios de manera sencilla desde el fondo de mi ser. Si yo escucho, Dios no se calla. Si yo me abro, él no se encierra. Si yo me confío, él me acoge. Si yo me entrego, él me sostiene. Si yo me hundo, él me levanta.
 
Creo que la experiencia primera y más importante es encontrarnos a gusto con Dios porque lo percibimos como una “presencia salvadora”. Cuando una persona sabe lo que es vivir a gusto con Dios porque, a pesar de nuestra mediocridad, nuestros errores y egoísmos, él nos acoge tal como somos, y nos impulsa a enfrentarnos a la vida con paz, difícilmente abandonará la fe. Muchas personas están hoy abandonando a Dios antes de haberlo conocido. Si conocieran la experiencia de Dios que Jesús contagia, lo buscarían.
 

SEMANA SANTA 2014

Horario de las celebraciones

  Podéis traer para compartir el día de Pascua, craspells, dulces, etc. Como es ya tradicional.

  El agua de las cisternas es para la fuente bautismal, será bendecida en la Vigilia Pascual.

Bona Pascua!!

 



DÍA 19 de Marzo
San José

José era un “hombre justo”. Este elogio otorgado por el  Espíritu Santo, y el privilegio de haber sido elegido por Dios para ser el padre adoptivo de Jesús y el Esposo de la Virgen Madre, son los fundamentos de los honores asignados a San José por la Iglesia. Tan convincentes son dichos fundamentos que no deja de ser sorprendente que el culto a San José fuese tan lento en ganar reconocimiento. La principal de las causas de esto es el hecho de que “durante los primeros siglos de existencia de la Iglesia, eran sólo los mártires quienes gozaban de veneración” (Kellner).
Lejos de ser ignoradas o pasadas por alto durante los primeros años de Cristianismo, las prerrogativas de San José fueron ocasionalmente confrontadas entre los Padres; incluso tales elogios, que no pueden ser atribuidos a los escritores entre cuyos trabajos ellos encuentran cabida, atestiguan que las ideas y la devoción allí expresadas eran familiares, no sólo para los teólogos y predicadores, y deberían haber sido prestamente bienvenidas por la gente. Las huellas más tempranas de reconocimiento público acerca de la santidad de San José son halladas en Oriente.
Su fiesta, si es que podemos confiarnos de las afirmaciones de Papebroch, era tenida en cuenta por los Coptos ya en los tempranos inicios del siglo cuarto. Nicéforo Calixto dice asimismo, cuya autoridad desconocemos, que en la gran basílica erigida en Belén (Bethlehem) por Santa Elena, había un magnífico oratorio dedicado en honor de nuestro santo. Lo cierto es, sea como sea, que la fiesta de “José el Carpintero” se encuentra registrada, el 20 de Julio, en uno de los antiguos Calendarios Coptos que ha llegado a nuestras manos, así como también en un Synazarium de los siglos VIII y IX publicado por el cardenal Mai (Script. Vet. Nova Coll., IV, 15 sqq.). Menologios griegos de una fecha posterior al menos mencionan a San José en el 25 ó 26 de diciembre, y otra conmemoración suya conjuntamente con otros santos fue realizada en los dos domingos inmediatamente anterior y posterior a Navidad.
En Occidente el nombre del padre adoptivo de Nuestro Señor (Nutritor Domini) aparece en algunos martirologios locales de los siglos IX y X, y encontramos en 1129, por primera vez, una iglesia dedicada en su honor en Bologna. Su devoción, por entonces solamente privada, como aparentaba ser, cobró un gran ímpetu debido a la influencia y al celo de santos de la talla de San Bernardo, Santo Tomás de Aquino, Santa Gertrudis (muerta en 1310), y Santa Brígida de Suecia (muerta en 1373).
De acuerdo con Benedicto XIV (De Serv. Dei beatif., I, IV, n. 11; XX, n. 17), “la opinión generalizada de lo aprendido es que los Padres Carmelitas fueron los primeros en importar desde Oriente hacia Occidente la loable práctica de tributarle un completo culto a San José” Su fiesta, introducida hasta el fin poco tiempo después, en el Calendario Dominico, fue ganando paulatinamente una posición segura en numerosas diócesis de Europa Occidental. Entre los más celosos promotores de la devoción en dicha época, San Vicente Ferrer (muerto en 1419), Pedro d’Ailly (m. en 1420), San Bernardino de Siena (m. en 1444), y Jehan Charlier Gerson (m. en 1429), merece una especial mención Gerson, quien, en 1400, compuso un Oficio de los Esponsales de José particularmente en el Concilio de Constanza (1414), como medio de promocionar el reconocimiento público del culto de San José.
Recién bajo el pontificado de Sixto IV (1471-84), los esfuerzos de dichos benditos hombres fueron recompensados por el Calendario Romano (19 de Marzo). Desde aquel entonces la devoción adquirió cada vez mayor popularidad, y la dignidad de la fiesta fue guardando relación con su firme crecimiento. Primeramente sólo fue una festum simplex, y fue prontamente elevada a un doble rito por Inocencio VIII (1484-92), declarada por Gregorio XV, en 1621, como una fiesta obligatoria, a instancias de los Emperadores Fernando III y Leopoldo I y del Rey Carlos II de España, y fue elevada al rango de fiesta doble de la segunda clase por Clemente XI (1700-21). Además, Benedicto XIII, en 1726, agregó el nombre en la Letanía de los Santos.
Hay que invocar a San José a la hora muerte para alcanzar el auxilio de Cristo y María
Una festividad en el año, sin embargo, no fue considerada suficiente para satisfacer la piedad popular. La Fiesta de los Esponsales de la Santísima Virgen y San José, tan vigorosamente propugnada por Gerson, y concedida por Paulo III a los Franciscanos, después a otras órdenes religiosas y diócesis individuales, fue, en 1725, concedida a todos los países que la solicitasen, un apropiado Oficio, compilado por el Dominico Pierto Aurato, fue asignado, y el día fijado en el 23 de Enero.
Esto no fue todo, la reformada Orden Carmelita Descalza, en la cual Santa Teresa infundió su gran devoción hacia el padre adoptivo de Jesús, lo eligió, en 1621, como su patrono, y en 1689, les fue permitido celebrar la fiesta de su Patrocinio en el tercer Domingo después de Pascua. Esta fiesta, pronto, adoptada a lo largo de todo el Reino de España, fue posteriormente extendida a todos los estados y diócesis que solicitasen el privilegio. Ninguna otra devoción, tal vez, haya crecido tan universalmente como esta, así como tampoco ninguna otra pareció haber atraído con tanta fuerza a los corazones de los cristianos, y particularmente de las clases obreras, durante el siglo diecinueve, como ésta de San José.
Este maravilloso, y sin precedentes, incremento de la popularidad ha sido otro nuevo galardón para ser adosado al culto del santo. Complementariamente, uno de los primeros actos del pontificado de Pío IX, siendo él mismo particularmente devoto de San José, fue hacer extensiva a toda la Iglesia la fiesta del Patrocinio (1847), y en Diciembre, 1870, de acuerdo con los deseos de los obispos y de toda la feligresía, él declaró solemnemente al Santo Patriarca José, como patrono de la Iglesia Católica, y resolvió que su fiesta (19 de marzo) debería de allí en adelante ser celebrada como una doble de la primera clase (pero sin octava, debido a la Cuaresma). Siguiendo los pasos de sus predecesores, Leon XIII y Pío X han exhibido un similar deseo de agregar sus propias joyas a la corona de San José: el primero, permitiendo en ciertos días la lectura del Oficio Votivo del santo, y el segundo, aprobando, el 18 de marzo de 1909, una letanía en honor de aquél cuyo nombre él recibió en su bautismo.

 

ESCUCHAR A JESÚS

José Antonio Pagola
16 de marzo de 2014 - 2 Domingo Cuaresma (A)
Mateo 17, 1-9


El centro de este relato complejo, llamado tradicionalmente “La transfiguración de Jesús”, lo ocupa una Voz que viene de una extraña “nube luminosa”, símbolo que se emplea en la Biblia para hablar de la presencia siempre misteriosa de Dios que se nos manifiesta y, al mismo tiempo, se nos oculta. La Voz dice estas palabras: “Este es mi Hijo, el amado, mi predilecto. Escuchadlo”. Los discípulos no han de confundir a Jesús con nadie, ni siquiera con Moisés y Elías, representantes y testigos del Antiguo Testamento. Solo Jesús es el Hijo querido de Dios, el que tiene su rostro “resplandeciente como el sol”.
 
Pero la Voz añade algo más: “Escuchadlo”. En otros tiempos, Dios había revelado su voluntad por medio de los “diez mandatos” de la Ley. Ahora la voluntad de Dios se resume y concreta en un solo mandato: escuchad a Jesús. La escucha establece la verdadera relación entre los seguidores y Jesús.
Al oír esto, los discípulos caen por los suelos “llenos de espanto”. Están sobrecogidos por aquella experiencia tan cercana de Dios, pero también asustados por lo que han oído: ¿podrán vivir escuchando solo a Jesús, reconociendo solo en él la presencia misteriosa de Dios?
 
Entonces, Jesús “se acerca y, tocándolos, les dice: Levantaos. No tengáis miedo”. Sabe que necesitan experimentar su cercanía humana: el contacto de su mano, no solo el resplandor divino de su rostro. Siempre que escuchamos a Jesús en el silencio de nuestro ser, sus primeras palabras nos dicen: Levántate, no tengas miedo.
 
Muchas personas solo conocen a Jesús de oídas. Su nombre les resulta, tal vez, familiar, pero lo que saben de él no va más allá de algunos recuerdos e impresiones de la infancia. Incluso, aunque se llamen cristianos, viven sin escuchar en su interior a Jesús. Y, sin esa experiencia, no es posible conocer su paz inconfundible ni su fuerza para alentar y sostener nuestra vida.
 
Cuando un creyente se detiene a escuchar en silencio a Jesús, en el interior de su conciencia, escucha siempre algo como esto: “No tengas miedo. Abandónate con toda sencillez en el misterio de Dios. Tu poca fe basta. No te inquietes. Si me escuchas, descubrirás que el amor de Dios consiste en estar siempre perdonándote. Y, si crees esto, tu vida cambiará. Conocerás la paz del corazón”.
 
En el libro del Apocalipsis se puede leer así: “Mira, estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y me abre la puerta, entraré en su casa”. Jesús llama a la puerta de cristianos y no cristianos. Le podemos abrir la puerta o lo podemos rechazar. Pero no es lo mismo vivir con Jesús que sin él.
 

TIEMPO DE CUARESMA


 
La Cuaresma es un camino que quiere sacarnos de donde estamos para llevarnos a una meta de libertad y plenitud.
Más que tiempo de ayunos y abstinencias es un tiempo de decisiones:
 
Es tiempo de enfrentarnos con nosotros mismos.
Es tiempo donde es preciso definirnos entre “ser o no ser”.
Es tiempo donde es preciso definirnos entre “ser nosotros mismos” o “ser como todos”.
Es tiempo donde se da esa lucha, esa tentación entre aceptar el reto de vivir en nuestra verdad o seguir engañándonos, maquillados con falsas imágenes copiadas de los demás.
Es tiempo de tentación: la tentación de ser o no ser.
La tentación de ser o seguir siendo a medias.
 
Por eso es tiempo de decisión.
Donde decidimos, no sobre los demás, sino sobre nosotros mismos.
No es una batalla que se da fuera, sino en la mente y el corazón.
 
El punto de partida: lo que somos, donde estamos.
El camino: lucha por ser más, un horizonte nuevo.
La meta: una mañana de Pascua donde resucitemos como seres nuevos.
 
El evangelio de cada domingo va a señalarnos diferentes lugares en los que Él nos está esperado: el desierto, la montaña, un pozo, el camino, el sepulcro. Dichosos nosotros si acudimos a la cita y dejamos que su amor nos transforme y nos arrastre hacia la Pascua. 

EL BISBE PRESENTA LA SEVA PRIMERA CARTA PASTORAL "CAMINAM PER UNA ESGLÉSIA EN SORTIDA” DAVANT MÉS DE MIL PERSONES

El Bisbe de Mallorca ha presentat aquesta passada setmana la seva primera Carta Pastoral dirigida als fidels de la diòcesi en tres trobades que s’han celebrat a la Parròquia de Santa Maria la Major d’Inca, la parròquia de Crist Rei de Manacor i el Seminari Nou de Palma. La carta es titula “Caminam per una Església en sortida” i consta de dues parts. En la primera el bisbe fa un anàlisi de la situació actual i els reptes de futur de l’Església de Mallorca. I en la segona convida a tots els cristians a llegir i comentar en grup l’Exhortació Apostòlica Evangelii Gaudium del Papa Francesc, amb la intenció que aquest document es converteixi en la font d’orientació fonamental per al moment diocessà que estam vivint.

En un temps en què predomina el pessimisme davant la manca de fe per part dels més joves i la tentació d’abandonar entre els més majors, el Bisbe anima a tots els fidels a canviar de mentalitat a la llum de l’Evangeli i a cercar nous camins per viure i comunicar la fe. En aquest sentit, Xavier Salinas demana la col·laboració de tot el poble cristià en la tasca evangelitzadora des de la perspectiva d’una l’Església de Mallorca que haurà de reorganitzar els seus serveis per ser més eficaç. Sempre, però, partint de la comunió fraterna i del reconeixement d’aquelles activitats que estan essent profitoses com la catequesi de família o la tasca de Càritas. I sobretot tenint present en tot moment que el camí de l’Església no depèn només de les nostres forces sinó que està en mans de l’Esperit de Déu.


Per aconseguir aquesta conversió pastoral, el Bisbe proposa la reunió en petits grups a cada parròquia per comentar l’Exhortació Apostòlica del Papa Francesc. La carta conté una petita guia de lectura en cinc sessions per ajudar a la reflexió. Es tracta de traslladar les reflexions del Papa a accions concretes i possibles dins la nostra realitat. L’objectiu final és recollir totes les reflexions i aportacions que hagin sorgit en un Congrés Diocesà d’Evangelització que es celebrarà el proper mes de novembre. Com a passa per a preparar el Congrés, el mes d’octubre es durà a terme una jornada de pregària davant la Mare de Déu de Lluc. Tant la Carta Pastoral com l’Exhortació Apostòlica es poden adquirir a la llibreria diocesana. 

 
(De Agència Balèria)





CÀRITAS INAUGURA UN CENTRE DE DISTRIBUCIÓ D’ALIMENTS INTERPARROQUIAL

El passat dimarts, 11 de febrer, Càritas  ha inaugurat el primer centre interparroquial de distribució d'aliments, al carrer de les Oblates, 21, a La Vileta.


Aquest nou centre  singifica aprofundir  en una racionalització i dignificació en el repartiment d’aliments. Les persones o famílies que fins ara anaven a la seva parròquia a rebre una bossa d’aliments es converteixen en protagonistes en omplir l’anomenada “senalla bàsica” a partir de les seves necessitats més urgents.

Aquest primer centre  atendrà les persones derivades dels grups d’acció social parroquial de Son Roca, Son Cotoner, Son Dameto, Son Espanyolet i Sa Vileta i que suposa l’atenció a unes 100 famílies. Seran els mateixos voluntaris de les parròquies organitzats per torns els qui, amb la coordinació d’una professional de Càritas, atendran dos dies per setmana als participants d’aquest servei.

El funcionament del servei serà segons un sistema de punts que s’adjudicarà a cada família segons els membres que la composen. La derivació inicial donarà dret a 12 senalles bàsiques durant sis mesos. També des del mateix Centre de Distribució d’Aliments s’organitzaran unes activitats complementàries per als participants, com a tallers i accions formatives de caràcter grupal amb temes sobre nutrició i dietètica, receptari de cuina, hàbits de consum, cuina econòmica, manteniment de la llar, etc.