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¿Porque nuestras eucaristías no atraen al pueblo de Dios?

Si bien es verdad que la propia liturgia es un compendio de verdades divinas, es también una catequesis, etc. Es contemplación del Misterio de lo más Sagrado. Pero algo se nos ha olvidado por el camino.
Después de miles de años el pueblo fiel ha estado cada vez más alejado de la comunidad, cada vez se le ha postergado al ser el simple espectador y hemos convertido la “misa” en algo lejano cuyo papel es la figura del sacerdote y como si todo se envolviese entorno a él.

El pueblo de Dios es una Comunidad reunida en torno a Cristo, El Señor. Y no una asamblea reunida en torno a un solo “sacerdote” el pueblo de Dios forma parte del sacerdocio ministerial por su propia vocación, el sacerdote ordenado es el que consagra es el que pronuncia en voz alta las palabras del Señor, pero también el pueblo de Dios debe de decir en el secreto las mismas palabras que el Señor en su momento nos hizo “que recordáramos este memorial de su pasión. La figura del sacerdote es un lugar especifico al cual algunos sacramentos le son propios, solo él en nombre de Jesús puede perdonar los pecados, solo él pronunciara las palabras, solo él expulsara demonios, y poco más.

El pueblo de Dios, se le ha ido retirando su “papel” relegándolo a mero espectador, solo le está permitido algunas oraciones, contestaciones, etc. Pero esto es una equivocación, hemos estado equivocados durante muchos años, hemos hecho el “sacrificio del altar, como un acto simbólico, cada vez más alejado del pueblo de Dios. Por querer dignificar la figura del “sacerdote” hemos ido alejando al “pueblo “de la realidad de lo que es, - San Pablo en sus comunidades, en Corintios sobre todo ha dejado como testimonio a una “comunidad orante y celebrante” muy lejos esta de nosotros en el siglo XXI, nuestras celebraciones cada vez son más frías, no es raro que el celebrante tenga que inventarse momentos comunitarios darse la mano, subir fieles entorno al altar, etc. Etc. Según su imaginación, y no nos damos cuenta que el señor por medio de estas inspiraciones nos está dando a entender que es la comunidad la que celebra y concelebra, no es solo el sacerdote.

Las oraciones del Misal, están confeccionadas para el pueblo de Dios, y no solo al mero hecho de lectura, y repetición año tras año, alguno a gusto lo cambia y lo hace más ameno, pero ya está. Siempre con el afán de “modernidad” “son signos del Espíritu Santo que nos está dirigiendo hacía una comunidad “celebrante y orante” bastaría con leer las cartas de Pablo, veríamos como son, el otro día fui a misa y el celebrante nos regalo un prefacio tan lleno de contenido teologal y lleno de sentimiento que duro un poco más de la cuenta, pero que al salir de misa la gente decía( me ha sonado a raro y muy largo. No sabemos lo que hacemos unos por no tener empatía con la gente, otros por culpa de la ignorancia o falte de fé. Es una lástima que el momento más importante de la semana quede convertido en media hora escasa y esto e porque el pueblo y algunas veces el mismo celebrante hemos olvidado lo más importante “somos todos con celebrantes y todos hacemos presente a Cristo el Señor, Una cosa importante cuando terminamos de recibir al Señor, se termina con una oración y los avisos y la bendición, Cuando el sacerdote nos proclama “este es el sacramento de nuestra fe, es el momento de la adoración por todos y ¿ dónde está el “misterio de la Presencia de Dios? Es el momento más grande Dios MISMO se hace presente en las especies del pan y del vino, Dios mismo se hace comida del nuevo banquete, nos promete que no va a celebrarlo hasta el día que estemos todos los invitados, en el reino de los Cielos.

Las contestaciones de los fieles ya están quedando obsoletas” nos hace falta una catequesis profunda de lo que celebramos, y cuando se dice Proclamamos tu resurrección es el momento del cual los fieles hacen su testimonio ante la asamblea, proclaman lo que el Señor hace en sus vidas, dan testimonio ante la comunidad de las grandezas del Señor. Cuando decimos “anunciamos tu muerte, es el prefacio de la comunidad, es cuando l creyente se hace hombre. Cuando se dice Ven Señor Jesús es un acto de adoración eucarística de silencio y recogimiento. Y no pasar rápidamente a la siguiente oración.
La liturgia es para los liturgistas, la eucaristía es para el pueblo de Dios, hay que devolver a Cristo a su iglesia, los colores litúrgicos fueron hechos como mera catequesis, las dalmáticas, las vestiduras sacerdotales, el boato, etc. Son escollos de un imperio de algo que en vez de trasmitir a Jesús lo que hace es convertir al sacerdote y Obispo en príncipes, en servidos y no en servidores, en alguien más importante que los propios redimidos, por los cuales la sangre de Cristo fue derramada. Si bien es verdad al comulgar se recibe el pan eucarístico, en el cuerpo de Cristo esta también su sangre no puede haber cuerpo sin sangre, muchos de los creyentes nunca han recibido la sangre de Cristo no han participado de la copa de la redención, esto esta relegado al sacerdote, el sacerdote no sería tal si no hubiese la comunidad, el sacerdote de Baal, era el único que presentaba ante el dios la ofrenda, pero el sacerdote de la Nueva alianza es el Pueblo Sacerdotal, antes era uno, ahora somos todos sacerdotes Nación Santa.

Hace falta una seria catequesis a todos los niveles, Recuperar a la eucarística, todo su significado, solo cuando el pueblo le sea devuelto su sacerdocio podremos revivir en comunidad la santa Misa.

Los jóvenes y adultos cada vez más abandonan nuestras parroquias, cada vez más hay un enfriamiento de la fe, ¿por qué? Porque nos hacen falta líderes, pastores que sepan pastorear. Y no funcionarios que lo único que hacen es cumplir unos horarios y normas que a la vez les han impuesto de más arriba y son de obligado cumplimiento. Como de cualquier trabajador, se tratase. Solo son buenos recaudadores y conservadores de los bienes de la Iglesia.

Algo está pasando…… todos los creyentes lo palpamos lo sentimos y lo vivimos en nuestras carnes, no vamos bien. No andamos por la senda de los Pastores, cada vez más somos administradores de los bienes materiales y cada párroco es dueño de hacer lo que le venga en gusto, los fieles son mero consultores, nunca ejecutores. Siempre están como criados de sus señores, hemos estado equivocados, el párroco es el ministro ordenado para los sacramentos, no el dueño y señor de la “mies”.
Sus predicas no llegan a mover a los corazones porque les falta oración perseverante y en comunidad, no son edificados por la misma. Ahora empezamos a ver los clerimans o alza cuellos que algunos jóvenes sacerdotes vuelven a llevar, que está bien claro, pero que en el fondo es recuperar el distintivo que les hace superiores ante la asamblea, buscar el propio “ego” sobre los demás. También les hace falta un reciclaje a los Presbíteros y tiempos de adoración y oración en soledad para aprender de su Maestro y Señor el Espíritu Santo, están tan ocupados en los que aceres de Marta que se olvidan de María.

El Señor Jesús, fue un revolucionario con el poder establecido, “un seglar” muy lejos del sacerdote del templo. Él entendió que es en comunidad cuando la fuerza del espíritu Santo se manifiesta, El y el Padre y el Espíritu Santo son comunidad, que la iglesia reunida es “comunidad” que la salvación llega de manera individual claro pero es en comunidad cuando se realiza. Todo es “en comunión” nunca es enviado nadie sin la comunión todo es para la comunión.

LOS demás sacramentos son expresiones de la vida comunitaria de “nadie hace nada sin estar unido a la vid, nadie que no vive la comunidad o la familia puede ser coherente con su fe y por supuesto no lleva a Cristo en su corazón.

El sacerdote es llamado por y en la comunidad, nunca es llamado individualmente. Todo tiene sentido cuando hay experiencia comunitaria. Los estudios eclesiásticos son necesarios para la formación humana y espiritual y pueden ayudar en el camino al cual se es llamado, pero nunca son tan importantes como el ser líder o la inclinación natural para el “pastoreo” que también son signos a tener en cuenta para los futuros candidatos al ministerio. Hay diversidad de carisma y dones, pero un único Señor presente en cada uno de ellos Hay que pedir al espíritu Santo el don de consejo y discernimiento. Para ver a los posibles candidatos y presentarlos a la comunidad.
Hay que observar el don de profecía, a veces son enviados a la comunidad para ser considerados por la misma o reflexionados para saber distinguir si provienen del Señor o son especulaciones de los hombres, no todas las teologías son dones proféticos, serán exposiciones de ideas o simplemente catequesis.

Por la fe y el bautismo somos hechos Discípulos de Jesús, todos los creyentes, y participamos del sacerdocio real, somos llamados a SER Hijos de Dios hasta que se manifiesta la Gloria del Padre
La nueva evangelización es la Obra de Dios para este nuevo milenio, hasta que El vuelva. Es un tiempo de gracia y misericordia para acoger y cuidar la grey, y buscar a los que todavía duermen en la vida y no conocen a Cristo El Señor. Es tiempo de salir a la calle y buscar a las almas dispersas por el mundo sin “pastoreo” que todavía no son del redil y que han sido llamados a la salvación. Es tiempo de María “escudriñar las Escrituras para descubrir el mandato del Señor. Es tiempo de no perder el “tiempo” con cosas superficiales o sentimentales de añoranza de la pomposidad de años anteriores. Es tiempo de despertar y no andar cabizbajos con miedo, con Cristo de nuestra parte hemos vencido al mundo.

El mundo no nos conoce, porque no conoce a Cristo las buenas acciones deben de ser proclamadas a los cuatro vientos para que se manifieste la Gloria de Dios.

Estamos dando palos de ciego…. Y no en vano un ciego no puede guiar a otro ciego, hay que recuperar la adoración de la eucaristía, es El Señor mismo presente y Vivo. Bajo las apariencias del pan y vino. Pero es El!!!!!
Es el nuevo maná bajado del cielo, es la envidia santa de los ángeles, Toda la gloria de los coros celestiales está presente en ese pan y en esa copa de vino, es Su Sangre derramada para la remisión de los pecadores. No de los pecados, si no de los hombres.
Hay que devolver a Cristo, su Reino. Una iglesia Carismática, Una iglesia Celebrante y Proclamadora de la Nueva Alianza. Un pueblo Sacerdotal.

R. Verger

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